2001. Una odisea espacial

images   Inaugurando la nueva categoría de Agarralos que no muerden, me pongo a releer (una vez más) este fantástico libro, de los más conmovedores que he leído en una cantidad de niveles. 2001, una odisea espacial, de Arthur Clarke.

   Para comenzar, debo recordar la cantidad de cuestiones filosóficas que aparecen, explicadas en un estilo simple, llano, estremecedor, que consigue transmitir todo el patetismo de estas cuestiones. No es poco mérito. La ciencia ficción abunda en este tipo de problemáticas, angustiosas, abstractas, dolorosas de contemplar, y no son fáciles de abordar, mientras además te estás inventando todo un mundo nuevo. A este libro yo lo entendí desde el principio. No tenía más de catorce años cuando lo leí, y a diferencia de otros libros, no necesité del paso del tiempo para descubrir más facetas o sacar más conclusiones. Me hizo polvo desde el exacto principio. Ahora sólo me sigue deslumbrando la perfección de su escritura.

   La historia es impresionante. Va desde el drama primigenio del hombre de las cavernas y el milagro de su supervivencia, hasta el amanecer de una nueva era en la historia: el paso del hombre hacia las estrellas. Padrinos evolucionados enseñaron a aquel primate a usar herramientas, y miles de años después lo pusieron en disposición de otras nuevas, que lo convirtieron en un nuevo ser…. ¿No conocías el libro? No quiero quemártelo; debés leerlo porque es uno de los imprescindibles. Si te querés iniciar en la ciencia ficción, éste es una buena idea para empezar.

images   Dos viajes superpuestos se emprenden en este libro. El primero es en el tiempo; se relata cómo los hombres aprendimos a usar el fémur de un antílope para partirle el cráneo al leopardo y sobrevivir (¿recordás la famosa escena de la película?). El protagonista es Moon-Watcher, nuestro más lejano abuelo, apenas humano, quien es enseñado por los antiguos y sabios seres.

   El segundo viaje es necesario para completar nuestro destino como colonizadores de las estrellas, y tiene lugar en el espacio y en el tiempo. Es un viaje espacial, obviamente ya en nuestra era, que tiene el objetivo de aclarar cierto misterioso descubrimiento que se ha realizado en la superficie de la Luna, muchos años después de Moon-Watcher, y que guía a los exploradores a los límites de nuestro sistema solar. Hay un elemento en común entre este viaje y aquel patético primate del principio de la vida humana; un elemento en concreto, que recorre todo el libro… El misterioso cuerpo oscuro del que los hombrecitos aprendimos a usar el fémur del antílope, y después el arte de entender y dominar el universo. El instrumento del que se sirven los seres más evolucionados para rescatar y hacer evolucionar nuestra especie, tanto en sus inicios, como al llegar los descendientes capaces de construir y tripular naves espaciales.

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   Este libro tiene algunas de las frases más impactantes que he leído. Las primeras en la primera parte; todas las que relatan la aparición de elementos extraterrestres, contrastando con la actividad cotidiana de Moon-Watcher, en quien está enfocado el relato, y quien, recordémoslo, es apenas un humanoide… «Y por dos veces atravesó lentamente el firmamento, alzándose al cenit y descendiendo por el Este, un deslumbrante punto de luz más brillante que cualquier estrella». Al leer esta oración, el corazón me ha dado un salto, y me llené de expectación.

   Después, me impresionó el último párrafo de la primera parte, cuando ya el libro deja de recorrer la experiencia y evolución de Moon-Watcher y está a punto de dar un salto de milenios, para mostrar qué está pasando con sus descendientes.

   Moon-Watcher está de pie frente a uno de sus enemigos, quien amenazaba su territorio y su vida, y al cual consiguió derrotar gracias a las nuevas capacidades que ha ido adquiriendo, y está pensando. «Ahora él era el amo del mundo, y no estaba del todo seguro sobre lo que hacer a continuación… Mas ya pensaría en algo». Considerando quién las está pensando y considerando nuestra historia actual, éstas frases tienen que hacerte estremecer.

images   Más me hicieron estremecer al final del libro, porque son las mismas frases usadas en un contexto absolutamente diferente. Pensadas por una criatura nueva. El último capítulo, muy breve, de apenas una página, está enfocado en «el nuevo Moon-Watcher». Puede hacerte suponer el final del libro, y nuestro final como especie, pero también te abre el camino a esperar toda una serie de maravillas, y te hace preguntarte a vos también, qué será lo que pasó después. Y te llena de ansiedad. Y te hace reflexionar; te hace repensar en todo lo que has estado leyendo, desde el exacto principio del libro. Leer las dos frases en dos momentos tan diferentes, es una experiencia de lectura que te corta el aliento.

   A propósito, lo que pasó después es 2010. Odisea 2, y es tan bueno como éste, aunque no tiene la ventaja de estar abriendo el camino, y por eso tal vez pierde algo de expectativa. Pero creeme, igual es una cosa nueva y maravillosa. Y tenés que leerlo imperativamente. Algún día te voy a contar. Mientras tanto podés ver las dos películas, ya que se ha hecho una con cada libro, y ambas son también buenísimas. Las imágenes que ves arriba son de las películas.

   A 3001, que es el tercero, no lo he leído, pero es Arthur Clarke haciendo lo que a mí me va a llevar tres vidas poder hacer. ¿Te vas a poner a esperar que sea malo?

   En cuanto a mí, he escrito un libro de ciencia ficción hasta ahora desconocido, gracias a la lectura de todos estos asombrosos y deslumbrantes maestros. Acaso algún día lo conocerás; acaso no vale la pena que lo hagas. Fue el primer paso. El que a fin de cuentas, me hizo abrir el blog. Me preparo para escribir el segundo, mientras revisito todas estas maravillas de la mente humana, para organizar mis ideas y para inspirarme. Y para rezar. Todos los libros que comentaré a partir de ahora, son de ciencia ficción.

   Todavía no estoy muy segura de qué hacer a continuación. Pero ya pensaré en algo.

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