Cyborg

 proxy  Hace unos días, en Twitter, vi esta noticia de la revista Muy interesante, la cual marqué porque tenía planeado un post dirigido precisamente a cagarme de la risa, haciéndote unos chistes más bien pesados y groseros, acerca de la estupidez de nuestra especie. No lo recordé mucho; me atraía más la noticia acerca de The black knight, un objeto que hace cincuenta años que está en órbita sin que nadie sepa exactamente qué es. “Esto es material para un post de Lo que es la sensia”, me dije. La foto de la noticia sobre el cyborg me hacía pensar “qué cara de pavo; qué bolazo se habrán mandado con esto; qué argucia publicitaria estarán intentando”. No muy apasionante.

   Así que me puse a leer cosas sobre The black Knight.  Tenía sueño y no tenía ganas de escribir. Y me puse a vagabundear entre los favoritos que marqué en Twitter. Sólo por diversión, ¿no? Como quien pega la oreja a la pared para saber qué hace el vecino.

   Lo que oí cuando me puse a curiosear este tweet, me dejó muda. Abajo te cito el tweet, y el link para que veas por vos mismo el video que vi yo.

chess-1252982__180   El video es una entrevista al cyborg en cuestión. Tendría que ahondar más en el tema; averiguar más, pero por el momento te puedo decir que nunca en la vida vi una experiencia mejor explicada y fundamentada. Se trata de algo tan extraño y nuevo, que resulta completamente asombroso, fuera de un libro de ciencia ficción, y desarrollado de manera tan sencilla y clara.

   El texto de la noticia anticipa que esta persona, Neil Harbisson, es un artista. “Cagamos”, pensé yo, “a ver sobre qué se puso a delirar este aberrado”.

   No sé qué manifestación artística trabaja Neil; me olvidé de fijarme.

   Resulta que nació con un trastorno que le impide ver los colores. Sólo percibe el blanco y el negro. Como resultado de lo cual decidió pedir, o instar a la investigación, u ofrecerse, para que le instalaran una antena. En el cerebro.

   Neil Harbisson habla un español perfecto con acento madrileño y todo, por lo cual no es posible equivocarse en la interpretación. La antena le permite, literalmente, “oír los colores”. Cuando Neil tiene que percibir un color, recibe vibraciones en los huesos de su cráneo que se transforman en sonidos, y esos sonidos remiten cada uno a un color. Como la antena tiene conexión a Internet, Neil puede percibir sonidos de otras partes del mundo, y también colores que el ojo humano no puede percibir, como el infrarrojo. Es decir, que Neil sabe cómo ve una abeja, por ejemplo.

   Neil sí es un cyborg. Todavía estamos lejos de los robots forrados de piel humana, pero, pese a mi posición conservadora al respecto, no puedo negarme a su sencilla e impecable argumentación de que es un híbrido entre un ser humano y la tecnología. No es lo mismo que una persona sorda con un audífono. Esta operación no le permite a Neil ver lo que todos vemos. Es una extensión del sentido de la vista. Lo siento, Nadie, no podés reírte. Te han convencido y te han pegado en donde te duele.

   Los experimentos genéticos me parecen algo terrible y abrumador. Pienso que es una atrocidad joder con el ADN, aunque sea de un pollo, para lograr variedades artificiales de seres vivos, a partir de una cantidad notable de tortura y sufrimiento para criaturas irracionales… o irracionales, e indefensas. Todo debido exclusivamente a la especial conveniencia de gente que, normalmente, es tan ignorante que le gusta practicar “caza deportiva”, o pretende fecundar embriones para dar a luz hijos perfectos de ojos claros, o elegir entre varones o mujeres.

   Pero lo de Neil es algo distinto. Se trata de una persona consciente y pensante, con un nuevo sentido, como dice él, desarrollado por su iniciativa y por su necesidad; no a sus expensas, no por un interés económico o un capricho… Sí; naturalmente, ya podemos esperar las estupideces habituales de gobiernos hipócritas, que trataron de impedir la operación de Neil por motivos éticos en un principio, mientras seguramente estaban pensando en cómo hacer supersoldados… Muchos de los cuales no serán consultados acerca de su opinión acerca de un chip en su cabeza que le permita percibir radiaciones electomagnéticas o alguna cosa parecida. Pero dale tiempo al tiempo.

   Así que ahora tenés a Neil dando vueltas por ahí de lo más contento, con su antena sobresaliendo del occipucio, listo para que le habiliten la nueva capacidad de que la antena pueda orientarse sola, en lugar de tener que darla vuelta él con la mano. Mirándote con sus inteligentes ojos, y recordándome a mí libros como Neuromante o La persistencia de la visión, los cuales acabo de reseñar, mientras me hace pensar en chistes como cuál será la compañía que le provee la señal de Internet; si le dan buen servicio o no, si tiene Netflix, por cyborg-438398__180ejemplo… pero ya no tengo ganas de reírme. Maldito Neil.

   En el futuro nos surgirán muchas preguntas, a mí y a mucha gente más. Algunos tendrán una formación superior, adecuada para hacer las preguntas más importantes, pero, estoy convencida, nadie podrá responderlas. En algún momento, la realidad nos quemará todos los papeles y nos encontraremos navegando por instrumentos.

   Yo creo, como Neil dice, que esto nos llevará a la creación de nuevos seres humanos. De una nueva humanidad, probablemente. Ver a Neil me ha quitado el miedo. Pensar en la eterna estupidez humana y su tendencia a la discriminación y al sojuzgamiento del otro, me lo devuelve. Pero no sé. Tal vez para cuando ese momento llegue, habremos superado un poquito ese asunto.

   El tiempo lo dirá.

Éste es el tweet, de la revista Muy interesante:

Aquí la noticia en Muy interesante, con el video:

Las imágenes, menos el retrato de Neil que es de la noticia de Muy interesante, son de Pixabay.

2 comentarios en “Cyborg

  1. Dr. Zaius

    La ciencia ficción ha tratado este tema. Hay un cuento de Asimov en el que mandan a un autista a Mercurio. Así también, Homo Plus, de Frederik Pohl, o Tiger, tiger! de Alfred Bester.
    ¡No hay que perder la capacidad de asombro, donna Nadie!

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